Julio Ramón Ribeyro


Fotografía: Restaurando Memorias

Julio Ramón Ribeyro Zúñiga (Lima, 1929-1994). Fue un escritor peruano; considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana.

Es una figura destacada de la generación del 50 de nuestro país, a la que también pertenecen narradores como Mario Vargas Llosa y Enrique Congrains. Publicó los libros de cuentos Los gallinazos sin plumas (1955), Cuentos de circunstancias (1958) y Tres historias sublevantes (1964). Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, holandés y polaco. Aunque el mayor volumen de su obra lo constituye su cuentística, también destacó en otros géneros: novela, ensayo, teatro, diario y aforismo.

En el año de 1994, antes de su muerte, ganó el reconocido Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

Julio Ramón Ribeyro nació en Lima un 31 de agosto de 1929. Miembro de una familia de clase media, pasó su infancia entre los distritos de Lince y Miraflores en compañía de sus padres y sus hermanos. Se formó en Derecho, pero decantó por la literatura. Su carrera como escritor comenzó en 1949 con la publicación del cuento “La vida gris” en la revista “Correo Bolivariano”. Si bien su obra abarcaría luego géneros como la novela, el ensayo y la dramaturgia, sería su cuentística la que lo consagraría como uno de los más insignes de nuestra lengua.

Lima estaría presente en casi todos sus relatos, aunque escribiría de ella casi siempre desde Europa, a donde llegó en 1952 y en donde publicaría, en 1955, su primer libro, “Los gallinazos sin plumas”. Desde esa fecha y hasta 1958, Julio Ramón Ribeiro vivió entre España, Francia, Alemania y Bélgica desempeñando primero los oficios de portero, cargador y obrero para luego desenvolverse como periodista, traductor, agregado cultural en París y, finalmente, como Embajador del Perú ante la UNESCO.

En 1966 se casó con Alida Cordero, con quien tendría a Julito, su único hijo. Fumador constante, a inicios de los años setenta se le diagnosticó cáncer al estómago. Su enfermedad coincidiría con un periodo fértil en publicaciones con la aparición de obras como “Solo para fumadores” y “Dichos de Luder”. En 1991 retornaría de manera definitiva al Perú y se establecería en Barranco, en un departamento que su esposa comparó con una “ventana frente al mar”. Sus dos últimos años de vida le trajeron reconocimientos y homenajes tardíos.

El 1 agosto de 1994 se le declaró ganador del Juan Rulfo, premio considerado como el Nobel Hispanoamericano que debieron recoger, en una ceremonia realizada en noviembre en la Feria del Libro de Guadalajara, su esposa e hijo debido al delicado estado de salud del autor. Julio Ramón Ribeyro murió poco tiempo después. Un 4 de diciembre de 1994. Como epitafio, en la tumba en el Cementerio Los Jardines de la Paz en La Molina, donde descansan sus restos, se lee:
"La única manera de continuar en vida es manteniendo templada la cuerda de nuestro espíritu, tenso el arco apuntando hacia el futuro".

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