![[GRANDES INICIOS] | Así empieza “Cien años de soledad”](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHt-DTxz_ICb_V1itjAcWnHfRdln_r6lGtD7dP5qFhCDJclRQU18JRBG29QlMso1b3SDYzDQh0d_ZcGdjDUOXX_cQuuPUx8sseDyeMbWOtSeCLrFqi0_P12vDEJjd9fHnzIPpPfwubZpBuLikxfhEVEg0K9DlhtZ5SX0JhsQhgatLYhjyG4NT56GIW/w400-h225-p-k-no-nu/Cien_a%C3%B1os_de_soledad.png)
[GRANDES INICIOS] | Así empieza “Cien años de soledad”
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarl…