Por: Edgar Allan Poe
Era en el corazón del verano y en
medio de
la noche. Las estrellas
marchando en sus órbitas
brillaban con un pálido
resplandor a través
de la luz más viva de la
fría luna, mientras que
ésta, rodeada de los
planetas, sus esclavos,
lanzaba desde lo alto de
los cielos, sus rayos
sobre las olas.
——
Yo contemplaba su triste sonrisa, demasiado
fría, demasiado fría para
mí. Una nube oscura
vino a pasar, semejante a
un sudario, y fué
entonces que me volví
hacia ti, Estrella del
Sur, orgullosa en tu
gloria lejana. Y ahora
me será más querida tu luz,
porque lo que me
traes de más magnificente
a través del cielo
nocturno, es la alegría de
mi corazón, y yo prefiero
tu discreto y lejano
resplandor a esa llama
cercana pero más fría
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