Por: César Vallejo
Subes
centelleante de labios y ojeras!
Por tus
venas subo, como un can herido
que busca el
refugio de blandas aceras.
Amor, en el
mundo tú eres un pecado!
Mi beso es
la punta chispeante del cuerno
del diablo;
mi beso que es credo sagrado!
Espíritu es
el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón
que engendra al cerebro!
que pasa
hacia el tuyo, por mi barro triste.
Platónico
estambre
que existe
en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún
penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo
escuchas? Inocente flor!
... Y saber
que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es
un Cristo pecador!
Los heraldos negros,
1918
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