César Vallejo, desde la cárcel de Trujillo en 1920, le escribió una carta conmovedora a su amigo Gastón Roger, periodista de La Prensa de Lima. En ella, denunciaba su injusto encarcelamiento y pedía apoyo. La carta fue publicada el 20 de diciembre del mismo año.
Aquí les comparto la carta:
Recordado amigo:
Encuéntrome, desde hace un mes, preso en la cárcel de esta ciudad, enjuiciado calumniosamente por un hato de crímenes vulgares que yo nunca he cometido. Es el ambiente provincial. Los rescoldos equivocados de la maledicencia lugareña. –Soy del terruño-. Soy víctima ahora de una de esas tantas infamias gratuitas o brutalmente caraboleadas que abundan, apestando a murciélago, en cada montón de cosas distritales. Porque soy del terruño de los que me acusan, y porque ocasionalmente estuve en Santiago de Chuco, ahora meses, cuando hubo matanzas e incendios en esa provincia. Es el ambiente provincial. Eso es todo.
Y además se me han empapelado a toda impunidad y a todo descaro. Y como me hallo en grave peligro de ser condenado por el Tribunal Correccional, uno de estos días, ojalá usted que ha estimado en algo mi obra artística quiera suscitar entre los demás amigos de Lima, algún gesto de simpatía y de interés en mi favor, con ocasión del ultraje y del daño mortal de que se me quiere hacer víctima, a espaldas de mi inocencia y de la ley. Tengo para mí que esta delicadeza de ustedes vendría a insinuar la absolución a que tengo derecho en semejante tinterillaje.
Los días son contados para la audiencia respectiva; y casi estoy seguro de la gentileza con que ha de ser acogida por la viril intelectualidad limeña, mi presente demanda fraternal.
Suyo con todo afecto.
César Vallejo
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