manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...