Por: Alejandro Romualdo



 Yo ya no tengo paciencia para aguantar todo esto 

     Micaela Bastidas


Lo harán volar

con dinamita. En masa,

lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes

le llenarán de pólvora la boca

Lo volarán:

 ¡y no podrán matarlo!


Lo pondrán de cabeza. Arrancarán 

sus deseos, sus dientes y sus gritos,

Lo patearán a toda furia. Luego

lo sangrarán

 ¡y no podrán matarlo! 


Coronarán con sangre su cabeza;

sus pómulos, con golpes. Y con clavos 

sus costillas. Le harán morder el polvo

Lo golpearán:

 ¡y no podrán matarlo!


Le sacarán los sueños y los ojos

Querrán descuartizarlo grito a grito.

Lo escupirán. Y a golpes de matanza 

lo clavarán:

 ¡y no podrán matarlo!


Lo podrán en el centro de la plaza,

boca arriba, mirando al infinito.

Le amarrarán los miembros. A la mala

tirarán:

 ¡y no podrán matarlo!


Querrán volarlo y no podrán volarlo.

Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo.


Querrán descuartizarlo, triturarlo,

mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.


Querrán volarlo y no podrán volarlo.

Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo.


Al tercer día de los sufrimientos,

cuando se crea todo consumado,

gritando ¡libertad! sobre la tierra,

ha de volver.

 Y no podrán matarlo.