Ciega

Como un Lázaro
envuelta en vahos cálidos
rasgada su mortaja de silencio

Pero más tarde habrá perdido toda su sonoridad
—en el ruido de las grandes ciudades
en la angustia de los puertos atravesados de promesas
y en el afán multicolor de
los barcos dejados a prisa—

Mas su eco —hebra de seda suave—
atara el corazón al pensamiento
para establecer la corriente del
Recuerdo

Dudas

tengo una hermana así pequeña
es mi hermana menor
la póstuma de dichas
a veces le adivino los silencios que se extienden
las sonrisas a medias
el miedo que la inunda
¡cuando me ve ya muerta!
¡tantas veces he muerto! ya no recuerdo cuántas
trata de defenderme
y defenderse ella
con su débil afecto intransferible agobiada vencida íngrima
de esperanzas
de cansancios de sueños
los soñados despierta
llega a sentir el peso de la vida y el miedo de mi muerte
¡si pudiera quedarme aún un poco más!
morir y no morir
asida a la ternura a las horas que pasan
como el reloj de arena
solo que nadie invierte su caída y sigue deslizándose sin tregua
¿cómo será cuando no esté mi sombra
mi presencia
mi silencio mi nada
mi paso por la tierra?
ella lo intuye
y tiembla
y no poder decirle
voy a quedarme para siempre
y devolverle el aire
y el aliento
o tal vez no tal vez
lo que ella teme es eso
que no me vaya nunca con esta eternidad
de mis días sin días que pasan como río
profundo sin moverse
apenas

Frente a la Vida recojo este grito desgarrado…

Frente a la Vida recojo este grito desgarrado,
ancha ola que se estrella en
la playa de mi corazón
no tengo procedencia
amo la Tierra
porque vengo del seno de la Tierra,
pero tengo los brazos
tendidos al Mar
el sol castiga mis espaldas
y la sonrisa de la mafiana
tiene besos salobres
abre sus rejas la ciudad para los esclavos del hambre
donde el hombre tatuado de tristeza muerde el pan cotidiano:
“todos los días son iguales”
gran argolla
ojos de ajusticiado
manos que arañan las ideas oscuras,
nubes alegres,
alegría del campo
alegría del cielo
alegría del Mar
Alegría -vidrios rotos- las lagrimas
quiebran en arcoiris el paisaje
persignado de amor
con la pequeña cruz a cuestas
hombre esclavo -pequeño hijo de la Tierra
donde todo es prestado
hasta la luz que ríe
sobre su frente condenada.