A Ella...
En el invierno viajaremos
en un vagón de tren
con asientos azules.
Seremos felices. Habrá un
nido de besos
oculto en los rincones.
Cerrarán sus ojos para no
ver los gestos
en las últimas sombras,
esos monstruos huidizos,
multitudes oscuras
de demonios y lobos.
Y luego en tu mejilla
sentirás un rasguño...
un beso muy pequeño como
una araña suave
correrá por tu cuello...
Y me dirás: «¡búscala!»,
reclinando tu cara
-y tardaremos mucho en
hallar esa araña,
por demás indiscreta.
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